El rediseño de Fundación Chile para abordar una reactivación sostenible pospandemia
Las tres crisis -social, económica y sanitaria- llevaron a la entidad a mirar hacia el mediano y largo plazo y a otros países. En esta ruta, buscan jugar un rol clave en la industria del hidrógeno verde, empujar la reconversión laboral y están evaluando levantar tres nuevos fondos de inversión.
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Al comienzo de la crisis sanitaria, la Fundación Chile (FCh) se enfocó en sacar adelante iniciativas para abordar los efectos de la pandemia con la convocatoria Colaboración y Vida, con foco en la tercera edad, primera línea de salud y estudiantes. Pero luego, comenzaron a mirar qué estaban haciendo algunos países de la Unión Europea, como Alemania, para abordar la recuperación económica pospandemia. Concluyeron que estos, además de hacerse cargo de la urgencia, estaban trabajando para el mediano y largo plazo, con inversiones en hidrógeno verde, infraestructura digital, redes 5G y 6G y en políticas e iniciativas de inteligencia artificial o ciberseguridad.
Este diagnóstico, comenta Marcos Kulka, gerente general de Fundación Chile (FCh), los hizo replantearse los focos y programas de la entidad de cara a una reactivación económica sostenible y resiliente.
En una suerte de “rediseño”, definieron cuatro ámbitos: reconversión laboral, educación, startups y Pequeña y Mediana Empresa (PYME) y Sustentabilidad. Todas bajo el paraguas de SER (Social, Escala y Rapidez), lo que implica apuntar a la problemática social, dar una mayor escala a las iniciativas y avanzar con rapidez.
Kulka firma que los problemas a los que estaba apuntando la FCh se han enfatizado mucho más producto de las tres crisis. Para abordar el aumento del desempleo, de la pobreza, la deserción de los estudiantes y la caída del Producto Interno Bruto (PIB) estimada en 8% a 10%, “las iniciativas no pueden ser boutique, deben ser a una escala mayor”, dice.
-En el caso del apoyo al emprendimiento, ¿qué implica el resideño y cómo van a aumentar la escala?
-Por una parte, estamos invirtiendo en startups que apuntan a la crisis, por ejemplo, en el robot Zippedi que está sanitizando supermercados o en Citizen que son sensores para la ciudad, lo que ha sido fundamental para el análisis de la movilidad de las personas durante la pandemia. Pero también invertimos en Wheel the World, quisimos dar una señal invirtiendo, en medio de la crisis, en una startup que aborda el nicho de la discapacidad en el sector turismo. La idea es que las startups que apoyemos apunten a esta nueva mirada de desarrollo y bienestar. En los últimos tres meses invertimos US$ 1, 5 millones en cuatro emprendimientos. Estamos levantando un fondo CLIN II, el que esperamos tener completo a fines de año, para partir en enero de 2021.
-Además de CLIN II, ¿planean levantar nuevos fondos de inversión para la reactivación sostenible?
-Apuntamos a tener al menos dos o tres fondos adicionales. Ha aumentado la inversión de las grandes compañías, de los corporate ventures (inversión corporativa de riesgo), las empresas para innovar están instalando fondos internos que permitan conectarlos con startups, que es lo que hicimos en CLIN con Engie, Entel y Zoma Capital. Los nuevos fondos son estructuras parecidas, donde la idea es incorporar al corporate venture, porque tienen los recursos, los desafíos y los canales de distribución para las soluciones.
Estamos explorando un fondo para digitalización y economía circular juntas, que apunta a la reactivación de mediano y largo plazo.
También estamos explorando un fondo de hidrógeno verde, para infraestructura asociada a energías nuevas. Así como la Fundación Chile lo hizo en el ámbito solar, el hidrógeno verde representa tremendas perspectivas para tener un tercio de la matriz con este combustible en el futuro. Y además estamos explorando un fondo de desarrollo para ciudades que surge en el ámbito de la crisis social. Hoy no están los recursos disponibles, pero son parte del rediseño de mayor escala y de focalización en la reactivación en el mediano y largo plazo. Estamos en conversaciones para levantar los fondos, pero aún no podemos decir ni el monto ni los posibles socios.
Automatización y reconversión laboral
-¿La pandemia está obligando a acelerar la reconversión laboral?
-Una parte muy importante de la reactivación es la reconversión laboral digital. Si antes teníamos el riesgo de reemplazar varios trabajos por la automatización, con la pandemia este riesgo aumentó. El Covid aceleró el énfasis digital, lo que pensábamos que iba a pasar en automatización y digitalización, hoy es mucho mayor. Calculamos que el déficit actual de trabajadores con habilidades digitales es de 5 mil personas, pero debe ser mucho más. Vemos un desalineamiento entre la gente que estudia carreras de tecnologías de información, que es plano, y el aumento de la facturación en la industria digital, que se triplica.
Uno de nuestros proyectos ancla es la reconversión laboral inteligente que estamos viendo con Sofofa. Si unes inteligencia artificial con las bases de datos de los perfiles ocupacionales, puedes saber a qué persona puedes capacitar para transformarla en un cargo digital y darle una posibilidad mayor de empleabilidad.
-La Fundación, antes de definir nuevos focos, estaba implementando con varios actores el programa Talento Digital ¿Hay cambios?
- Talento Digital es un programa público privado (para capacitar y generar oportunidades de empleo). En su resideño estamos viendo programas de capacitación cortos, entre cinco y seis meses, pero suficientes para lograr una tasa de empleabilidad importante. El año pasado los cursaron 1.500 personas y este año 3.000 y han postulado 40 mil. Apuntamos a llegar a 35 mil personas con un costo asociado de US$ 100 millones para que logren empleabilidad en temas de futuro. Originalmente la meta era reconvertir a 16 mil personas en cuatro años.
“Queremos ser un player importante en hidrógeno verde”
-¿Qué rol busca jugar Fundación Chile en el desarrollo del hidrógeno verde en el país?
-Aún no están los resultados del Instituto Chileno de Tecnologías Limpias (Acuerdo Corfo y SQM Salar), donde estamos postulando, tiene mucho de hidrógeno verde. La única forma de avanzar es con normativa, pero a través de proyectos concretos. Estamos apostando por los proyectos o por la estructura de fondos que no son excluyentes. Se necesita generar un empujón para generar un avance; es lo mismo que ocurrió con la energía solar. Fueron los primeros proyectos que desarrollamos, los que de alguna forma se fueron enfrentando a ciertos dilemas normativos, lo que hizo que se avanzara.
El hidrógeno verde, sobre todo por la baja en el costo de las energías renovables que se meten en los procesos de la electrólisis, por primera vez se ve que puede ser una realidad. Los mitos desde el punto de vista de la seguridad se han abordado, el ministerio de Energía lo ha declarado y se está construyendo la hoja de ruta del hidrógeno verde en Chile. Definitivamente queremos ser un player importante en hidrógeno verde.
-La Fundación articula la iniciativa Escenarios Hídricos 2030. ¿Qué se viene en agua en materia de reactivación resiliente?
-También queremos dar escala al agua, no sólo en inversión e infraestructura, sino en soluciones en base a la naturaleza, que involucran menos inversión, son costo efectivas y cuidan un montón de recursos, como la captura de C20, mayor disposición de agua, mejorar la calidad del recurso o la biodiversidad.
El problema del agua en un 44% es gestión y eso tiene que ver con la institucionalidad. En el compendio que hicimos de 200 soluciones, hay varias que tienen que ver con infraestructura, pero hay una parte importante que tiene que ver con ecosistemas naturales, con conservación, que son muy eficientes y muchas veces son más eficientes en su implementación en el tiempo. En un embalse te puedes demorar 13 a 15 años en implementarlo y estos sistemas son más rápidos. Por ejemplo, hay que mejorar la escala en almacenamiento de agua -en acuíferos-, en reuso, en riego tecnificado y autónomo. Hay distintas fórmulas. En el caso de la desalación, una propuesta es compartir infraestructura para llegar pequeña y mediana minería. En agua hay varias posibilidades de soluciones.
-¿Qué están haciendo en minería?
-Con la minería tenemos distintas cosas, la plataforma de innovación abierta en minería Expande y recién lanzamos con Alta Ley y Corfo la hoja de ruta digital para la minería. Ahora estamos trabajando en un desafío con BHP a escala global para encontrar soluciones para disponer de los relaves y reutilizar partes de esos desechos.
La industria minera para nosotros es crítica, va a ser una de las industrias clave que nos va a ayudar a salir de la crisis. La minería ha podido mantener la continuidad operacional y el cobre pasó a ser un material mucho más apreciado durante la pandemia por sus propiedades bactericidas. Además, la minería está dando un paso importante al valor social, que es uno de los paradigmas que vamos a tener que enfrentar hacia adelante, que es el nuevo rol de las empresas.
Reseteo en 5 ámbitos
-¿Se vienen cambios de paradigma?
-Es parte de este reseteo que habla el World Economic Forum en cinco ámbitos. El económico -antes los países se medían solo por el crecimiento del PIB y esa métrica no es suficiente por la inequidad o desigualdad, van a haber cambios de parámetros para medir cómo los países crecen con bienestar. Hay un reseteo de la sociedad, con temas asociados a la valorización de la persona. Un reseteo tecnológico, que en lo inmediato nos ha llevado al teletrabajo, pero es mucho más que eso. Un reseteo geopolítico, cuánto van a ser las soluciones locales versus las globales, y el rol del Estado y del mundo privado. Y hay un reseteo medioambiental, Chile se puso objetivos importantes en las Contribuciones Nacionalmente Determinadas)y la carbono neutralidad. Las conversaciones de Davos en enero apuntarán a este reseteo. Vamos hacia una nueva era en que hay un montón de cambios de paradigmas. Por ejemplo, hay varias encuestas que dicen que el 40% de las personas seguirá con teletrabajo y que los viajes de las empresas se reducirán para siempre.
Cuando el Business Roundtable, donde se juntan los 200 CEO más importantes del mundo, dice que las empresas deben cumplir un rol en la sociedad, hay un cambio de paradigma total. Hoy los fondos de inversión grandes, como Black Rock, no invirten en empresas que no sean amigables con el medio ambiente, que no tengan un trato justo con sus colaboradores o equidad con la sociedad. Chile en general, desde el punto de vista privado, ha ido tratando de conectarse con esto. Estamos en un punto de inflexión.